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27 dic 2012

Donde bailar tango


Nacido en los suburbios y conventillos de una ciudad en formación, el tango realizó un proceso de formación en el que influyeron tres corrientes musicales principalmente: el candombe, las canzonettas italianas y el fado portugués.

Su desarrollo se dio paralelamente al de la ciudad donde nació y su proceso de evolución cultural mezclo elementos, estilos y tradiciones. Y surgió lo que años más tarde trascendería las fronteras de nuestro país: el viejo y querido tango argentino.

Con temas que tocan lo sentimental, el amor (muchas veces trágicamente); la nostalgia al pueblo, ciudad o barrio de la infancia, la mujer, los amigos y los juegos de azar, en Buenos Aires se siente el tango en cada baldosa de sus veredas.

Bares con shows en vivo, cantores y bailarines en plena peatonal, museos de tango y exhibiciones frecuentes entre muchas otras son las formas de sentir el tango en la ciudad porteña.

Existe una multiplicidad de lugares para elegir donde bailar tango: desde hoteles que brindan clases a sus huéspedes a profesores particulares pasando por academias de danzas y bares y cafés que ofrecen exhibiciones con pequeñas explicaciones acerca de los pasos básicos.

Entre los hospedajes que brindan al turista la posibilidad de aprender lo elemental del tango se puede nombrar al “Mansión Dandi Royal” ubicado en el Barrio de San Telmo. Bares y cafés donde bailar al ritmo del 2x4 en Bs As hay cientos, por citar algunos: “La Milonguita”, “La Tradicional de los viernes”, “Milonga Porteño y Bailarín”, “La Cachila”, “Milonga de las Morachas” entre muchos otros.

La mayoría están abiertos de miércoles a domingo, es necesario reservar lugares previamente y por supuesto, el valor de la entrada tiene que ver con si hay o no show en vivo, la zona de la ciudad donde se ubica y el estilo del lugar. Muchos de los sitios nombrados ofrecen clases previas a la largada de la milonga, la mayoría de las clases son entre las 21 y 23 hs para después quedarse bailando hasta altas horas de la madrugada.

También hay escuelas de danzas o academias donde aprender las técnicas del tango con docentes profesionales en el tema como: “Canelo Tango estudio”, La “Escuela del tango”, “Gotas de Tango” de Nélida Boyer, “Salón Canning”, Club “La Independencia”, espacio cultural “Carlos Gardel” y, en casi todos los barrios de la provincia de Buenos Aires existe algún espacio donde poder aprender a bailar tango.

Las mismas suelen brindar clases personalizadas para parejas, clases masivas y clases de técnica tanto femenina como masculina, además de la posibilidad de alquilar salas de ensayo y la contratación de los profesores para animar eventos como casamientos.

Grandes salones donde salir a practicar lo aprendido en clases también hay en la capital federal. Parakultural Milonga y “La Milonga de los Consagrados” son ejemplos de lugares donde corre un disco y parejas de todos los niveles salen gustosos a milonguear.

Para finalizar es necesario decir que el tango argentino, tan apreciado en el mundo entero, se baila en Buenos Aires como en ninguna otra parte; por ello, cada día se acrecienta la cantidad de escuelas de baile donde no solo se puede aprender sus pasos sino también experimentar toda la tradición que trae aparejada. 

Viviendo la Milonga en Buenos Aires


“Mi Buenos Aires Querido” cantaba el maestro Carlos Gardel… En Buenos Aires se respira tango, donde quiera que uno se encuentre, puede olfatear, escuchar y sentir la milonga. El sonido de la milonga es tan atractivo, que no puede irse de Buenos Aires sin antes disfrutarla. 

En principio, la milonga es un género musical típico de los países sudamericanos de Argentina y Uruguay. Parte del folclore proveniente de la cultura gauchesca, Milonga proviene del término “palabra” o “palabrerío” y se puede acuñar tranquilamente a la payada. Guajiras con tonos acriollados que usaban para burlarse unos de otros entre los soldados en las épocas de guerras entre unitarios y federales luego derivaron en milongas.

Entre otras diferencias musicales, la diferencia con el tango suelen ser las letras ya que en la milonga abunda la picardía, el doble sentido y las letras son más diversas, no solo centradas en el amor y el desamor.

Collage de culturas entre inmigrantes, nativos y criollos, cada una con sus tradiciones y costumbres, con sus lenguajes y acentos hacen de la milonga un arquetipo para conocer el porteño. El mismo, es el gentilicio de los oriundos de la ciudad de Buenos Aires, refiriéndose a aquellos que viven cerca del puerto, o en el puerto, extendiendosé este adjetivo a todos los oriundos de la capital argentina distinguiéndose de aquellos que residen en la provincia.

La milonga se vive en Buenos Aires con todos los sentidos a pleno y en todas las dimensiones. Por citar de manera ilustrativa, en Buenos Aires hay un barrio colorido, proletario, “errante”, popular y bohemio donde se vive la milonga. El Abasto, cerca del viejo Mercado, cantores populares, cafés, cines y teatros se conjugan en una especial melodía identitaria, que es mito y leyenda al mismo tiempo.



En la ciudad existen cientos de lugares donde aprender a bailar el tango, de día, de noche, con o sin pareja, siendo experto o amateur, cualquiera está disponible para una milonguita. Improvisada, suburbana, porteña, sentimental o de denuncia, la milonga se bailaba en sus inicios en pisos de tierra hasta que llegó al viejo, tradicional e histórico Teatro San Martín y comenzó su difusión, pasando de los arrabales a la alta sociedad sin escalas, y luego a los bailes, bares, y hasta casas de familia.

Se compone desde solistas que se animan a improvisar “a capela” el ritmo del 2x4 a grandes orquestas con varios músicos entre bandoneonistas, acordeonistas, tecladistas y la infaltable voz que entre hablando y cantando, nos hace vivir la magia

Exponentes como Homero Manzi, Rosita Quiroga, Azucena Maizani, Aníbal Troilo, Libertad Lamarque, Enrique Santos Discepolo, Julio de Caro, Ignacio Corsini entre muchísimos otros, muchos de los cuales a lo mejor no trascendieron los límites de su barrio o peor aún de sus hogares pero que no dejaban de disfrutar la interpretación tanguera de ritmo sencillo e infinidad de letras distintas.

Una conjugación de idiomas y lenguajes diferentes dieron nacimiento a una jerga atrapante que muchos argentinos utilizan en sus conversaciones diarias. Palabras como Chabón, Gil, Atorrante, Fulero, Otário, Pibe, laburante, una Mina, un Palo, el milico, un Faso, entre muchísimas otras, son utilizadas para referirse a sentimientos, elementos, personas y situaciones de la vida diaria de los argentinos.

Hacia los cuatro puntos cardinales de la ciudad, compadritos y guapos se dan cita diaria, diurna y nocturna para revivir esta pasión de muchos y este acervo de cultura argentina. Para vivir la milonga, Buenos Aires es el único lugar en el mundo que lo reúne todo.