Semana Santa en Mendoza

 Mendoza, provincia cuyana de la República Argentina, se ha convertido desde hace mucho tiempo en uno de los destinos turísticos más atractivos del país, al ofrecer a los visitantes una mixtura entre la impactante naturaleza, la aventura y comodidad, ideal combinación para disfrutar al máximo de este lugar.

La provincia de Mendoza se caracteriza por poseer un amplio crecimiento en el desarrollo industrial y cultural,  como así también un importante avance de su industria turística, con diversas ofertas de atractivos y lugares imperdibles, accesibles en todas las temporadas y en cualquier época del año. Otoño, invierno, primavera, verano presentan colores y aromas muy diferentes dignos de conocer.

Al ubicarse al pie de la extensa Cordillera de los Andes, Mendoza, presenta uno de los paisajes más hermosos y asombrosos, donde se levanta el mítico cerro Aconcagua,  la segunda montaña más elevada del continente americano y donde se explaya el Parque Natural Aconcagua. Aquí la nieve es uno de los factores que transforman a Mendoza en un centro de atracción para las personas que la eligen y desean realizar deportes de nieve, ofreciendo hermosos paisajes y propuestas para el entretenimiento y la aventura.

Es importante rescatar el valioso patrimonio histórico-cultural de Mendoza, al ser un sitio del emblema de prócer argentino conocido como el padre de la patria, el General José de San Martín, donde hoy sus recorridos sanmartinianos son caminos que invitan a desandarlo. De esta manera existen en el territorio mendocino muchos signos de la epopeya del General, como el Cerro de la Gloria, el parque San Martín, ubicado en la capital de Mendoza, como así también museos históricos con documentos que son testimonios de aquella época.

Mendoza con su agradable clima templado, cuenta con muchos centros turisticos, donde una de las mayores protagonistas es la aventura en la naturaleza.  Es así que los visitantes pueden disfrutar de grandes lugares de alta montaña como el famoso complejo de Las Leñas, ubicado en el centro de la Cordillera de los Andes, allí se practican deportes de nieve como el esquí.

Importantes  cadenas hoteleras y restaurantes gastronómicos, como así también grandes centros comerciales y discotecas están presentes en Mendoza, al servicio de todos aquellos que decidan conocer este lugar de ensueño. La ciudad capital de Mendoza, cuenta con un aeropuerto internacional conocido denominado Francisco Gabrielli, abriendo de este modo las puertas a los visitantes no solo del país sino del resto del mundo.

A pesar de ser escasa la cantidad de días que ofrece la celebración cristiana, resulta una costumbre del país, aprovechar esas jornadas para descansar y conocer nuevos lugares. Mendoza ofrece un sinfín de promociones para disfrutar de la Semana Santa, con un amplio panorama de actividades, atractivos y recorridos ideales para descansar y pasear ya sea con amigos o en familia, y para los amantes del vino, invita a las variadas degustaciones en la conocida ruta del vino.

Vivir la Semana Santa en Mendoza es una elección muy entretenida ya que se pueden realizar numerosas actividades de montaña, entre ellas el Trekking por distintos cerros y senderos, excursiones en mountain bike y cabalgatas, y para aquellos amantes de la aventura existen los deportes de riesgo y altura, como escaladas y andinismo. Otra de las aventuras con mayor adrenalina que presenta la naturaleza mendocina, es la de realizar Rafting en el rápido río de Mendoza, donde la velocidad y su dificultad se disfruta al máximo por los visitantes más desafiantes.

Para aquellos visitantes que prefieren la tranquilidad, el descanso y el relax, Semana Santa en Mendoza es la oportunidad justa para recorrer otras opciones que presenta la provincia mendocina, como la Reserva Natural Villavicencio, con paisajes enmarcados en las montañas nevadas de la Cordillera de los Andes, las ciudades de San Rafael, Malargüe, Chacras de Coria, donde en muchas de ellas las bodegas y los viñedos se transforman en el eje principal de los circuitos turísticos.

La ruta y los caminos del vino, ofrecen a los visitantes bodegas tradicionales, fincas y grandes viñedos para conocer en profundidad  el proceso de elaboración del vino que allí mismo se produce y probarlos en las cavas de degustación destinadas al turismo. La industria vitivinícola de Mendoza, sede de más de 1200 bodegas, se ha hecho famosa en todo el mundo lo que permitió reconocer  a este lugar como “la tierra del buen sol y del buen vino”.

Actualmente en los días de marzo de Semana Santa, Mendoza invita a recorrer sus destinos acompañados por conciertos de músicas clásicas, libres y gratuitas, para disfrutar de la música en los magníficos escenarios naturales del suelo mendocino, como sus paisajes nevados, además sus bodegas e iglesias también se convierten en escenarios ideales para la música.

El fin de semana largo de Semana Santa, es uno de los más esperados y ansiados del año, y el  ideal para dejarse sorprender por Mendoza y vivirlo de un modo diferente e inolvidable.

Festival de la Musica Clasica por los Caminos del Vino

El Festival de la Música Clásica por los Caminos del Vino es otra de las joyas que Mendoza atesora dentro de las actividades que un viajero puede realizar en sus tierras.
Los Caminos del Vino es una ruta de lugares pero también de actividades que se pueden hacer en Mendoza, donde la presencia de la industria vitivinícola ha moldeado la vida de todos sus habitantes.
Este festival tiene lugar en el mes de abril, cuando el otoño comienza a cambiar el paisaje y a llenar de sutiles ocres la mirada de los visitantes.

Los paisajes de Mendoza acompañan en esta temporada de una manera indescriptiblemente precisa los tonos y los acordes de la música clásica que comienza andar por sus calles, recorriendo el camino del vino.
Se puede sentir la potencia de las notas elevándose desde la tierra misma que ve nacer a las parras con una potencia que parece alcanzar las cumbre de Los Andes y que queda invisible, permanente, suspendida entre las hojas de la vid llenando de emoción al viajero que pasa distraído y al poblador que vuelve a enamorarse de su tierra en ese momento.

La orquesta Filarmónica de Mendoza es la anfitriona de este evento que cuenta también con invitados que llegan a estas tierras desde otros lugares para compartir un festival que renueva el espíritu e el marco de un bello paisaje.
Los instrumentos se elevan en el aire y parecen representar cada uno un elemento de la naturaleza que nos rodea. Los tambores con su sonido grave se asemejan a las montañas rocosas que vigilan como testigos la vida de un pueblo que crece a sus orillas.
Las flautas traversas juegan entre las hojas de los castaños mientras que los violines se asientan sobre las ramas de los nogales que ya desprenden sus frutas hasta el piso. Más allá, los campos sembrados de manzana crecen queriendo alcanzar la música de los distintos grupos que interpretan las obras clásicas. Y los almendros estiran sus brazos de madera para aplaudir la magnífica interpretación de todo el conjunto.

Este Festival suele coincidir con la Semana Santa por lo que es muy aconsejable reservar un hotel o una cabaña cercana a algún río en Mendoza y recorrer el camino desde donde sea que estemos hasta allá para poder apreciar uno de los territorios más ricos y generosos de nuestro país.
Además de asistir a esta hermosa oportunidad de acercarnos a la música clásica tocada por músicos y orquestas experimentados podemos disfrutar de la gastronomía del lugar y los platos típicos de la región centro cuya comida ya empieza a acercarse más a la del sur del país, en un intercambio de sabores tan característico de los argentinos.
Los cafés son otra opción muy agradable para visitar y tomar algo caliente junto con un postre o una buena porción de torta. Al otro día quizás podamos continuar con el circuito de los vinos y conocer más
detenidamente los viñedos través de largas cabalgatas por sus caminos. Visitar las bodegas y las cavas y probar nosotros mismos el sabor que tiene la tierra trabajada que devuelve sus frutos en la forma de un Malbec intenso y suave al paladar. Las estancias y las bodegas con colección de objetos de arte y de época son otra forma de disfrutar Mendoza a través de su historia que a cada rato nos dice algo sobre cómo este pueblo que antes era una zona desértica se transformó en la rica tierra de sabores y colores que
es hoy.
Visitar los ríos caudalosos con agua del deshielo de la Cordillera de Los Andes es otra experiencia única en la que podemos sentir al fuerza de la naturaleza que baja desde las alturas para encontrarse con una tierra que la espera sedienta para fundirse en un abrazo enriquecedor para las dos.

Por la noche podemos volver a las cabañas o al hotel donde nos hospedamos y observar el cielo estrellado y limpio entre la copa de los árboles, quizás con la compañía de algún vino que compramos en una de las bodegas o con algún dulce típico de la zona para seguir sintiendo el sabor de esta tierra mientras en nuestros oído suenan los ecos del Festival de Música Clásica, una música que sigue bailando en el aire de los viñedos
cuando ya es de noche y los colores se confunden en la misma oscuridad que todo lo cubre.
Visitar Mendoza no es sólo recorrer los caminos del vino sino hacer un recorrido sensible por todos nuestros sentidos que quedarán eternamente agradecidos.