25 nov 2012

Ceremonia de la Pachamama en Jujuy


La Pachamama constituye el centro del sistema de creencias y culturas de los pueblos andinos de América del Sur. La Pachamama es la “Madre Tierra” pero no solo representa al suelo (geológicamente hablando) sino también a la naturaleza y todo lo que ella encierra. Por lo tanto, no tiene una presencia física ni está localizada en un sitio puntual, pues es una especie de divinidad a la que se pide sustento o perdón por alguna forma de atentado en contra de la tierra o de lo que ella provee. Es una especie de deidad en lo que a la tierra y naturaleza se refiere que es protectora y proveedora, cobija a los hombres, posibilita la vida, favorece la fecundidad y facilita la fertilidad. La relación con los pueblos es de reciprocidad, pues ellos también deben ofrecer parte de lo que reciben todos los días pero también en acontecimientos especiales.
En la provincia de Jujuy, como en todo el norte argentino, el culto a la “madre tierra” es una de las costumbres y tradiciones más arraigadas.
Los orígenes de este culto se remontan a las comunidades quechuas, aymaras, y otras etnias andinas que desde tiempos muy lejanos realizan ofrendas en honor a la Pachamama. Hojas de coca, conchas marinas, sangre de camélidos, bebidas eran ofrecidas para fertilizar la tierra y para que jamás faltara la cosecha. Así, los creyentes entregaban para que la madre tierra respondiera con fertilidad y vida.
Actualmente esta tradición se conserva y también lo hacen todas las creencias relacionadas y sus rituales. Son practicados especialmente por comunidades quechuas y aymaras en las áreas andinas de Ecuador, Perú, Bolivia parte de Chile y el norte de Argentina.
Si bien la relación con la Madre Tierra es permanente, hay un día especial en que se realiza la Ceremonia de la Pachamama haciendo ofrendas y homenajes.
Jujuy no queda afuera de estos festejos pues allí también se hace esta fiesta popular que reúne a multitudes y que está sumamente institucionalizada e internalizada en los pobladores, especialmente en los herederos de los pueblos originarios.
La Pachamama es seguramente la creencia mitológica más arraigada en los pueblos del norte argentino pero muy profunda y especialmente en Jujuy.
Las ceremonias en honor a esta celebridad telúrica, también llamadas “challas”, se realizan al inicio de la siembra y cosecha y en las marcadas y señaladas de la hacienda. Sin embargo el homenaje por excelencia se hace durante todo el mes de agosto, especialmente el primer día del mes.
A lo largo de toda la provincia de Jujuy se rinde culto a la Pachamama realizando ceremonias milenarias en la que se le ofrece a la “Madre Tierra” todo tipo de comidas, bebidas y hojas de coca. En Purmamarca, Tumbaya, Valle Grande y en todas las localidades de la Puna jujeña se realizan los festejos más importantes.
El ritual principal de la Celebración de la Pachamama en Jujuy y en otros lugares comienza  muy temprano el 1° de agosto. Lo primero que hacen los habitantes es limpiar sus casas. Algunos juntan la basura de las esquinas, la colocan en una pala con brasas y le agregan dos plantas de la zona: chacha y pupusa. Con esto sahuman la casa,  los integrantes de la familia y todo lo que hay adentro. Luego de haber “limpiado” con el “sahumerio de la vivienda” empiezan a llegar los invitados del dueño, cerca del mediodía. Después de los saludos comparten un gran almuerzo para pasar inmediatamente al momento de la ceremonia, el ritual que los ha reunido allí. Para hacerlo, todos se trasladan al patio de la casa en donde se cava un hoyo y se da de comer y beber a la “Madre Tierra”. Allí se depositan hojas de coca, chicha (bebida tradicional), alcohol, cigarrillos, etc. Una vez que ya se depositaron todas las ofrendas se tapa el hoyo enterrando todo, incluso botellas. Por último, los presentes se agarran de las manos y danzan alrededor del hoyo que forma una apacheta (montículo de piedras a manera de altar erigido en honor a la Pachamama, preferentemente de color blanco para identificarlo el próximo año) al ritmo de la música de la caja, la flauta y la copla.
La “Madre Tierra”, como representación del dios del bien, demuestra a sus fieles su generosidad dándoles los frutos, minerales y riquezas que guarda en su seno. Así, ellos le agradecen, la alimentan y le piden que nuca los prive de su generosidad.
Esta es una de las festividades tradicionales de Jujuy y estar allí en ese momento es un privilegio para cualquier visitante. La alegría que demuestran los habitantes por celebrar a la Pachamama se transmite en cada momento y en cada lugar. Es un clima de algarabía que seguramente te contagiará y hará que entres en contacto directo con la cultura norteña.

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