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30 nov 2012

Museo de Geología, Mineralogía y Paleontología

Uno de los tantos atractivos de Jujuy es, sin dudas, su gran afición por la historia, el arte,
las tradiciones y la cultura. En Jujuy abundan las ferias, los locales y tiendas de artesanías,
los paseos, las fiestas religiosas y mitológicas, los negocios con espíritu de antaño que
muestran las raíces, iglesias y gran cantidad de museos. En esta última categoría se
encuentra el Museo de Geología, Mineralogía y Paleontología.
Además de los increíbles paisajes de los que podrás disfrutar en Jujuy, las artesanías y las
costumbres, también habrá lugar para conocer más.

El Museo de Geología, Mineralogía y Paleontología de Jujuy depende del Instituto
de Geología y Minería de la Universidad Nacional de Jujuy. La institución abarca la
investigación, formación de recursos humanos y asistencia técnica de diversos campos
de Geología. El objetivo que persigue la institución es la difusión científica, es decir,
difundir los conocimientos de la geología y llevarlo a un nivel comprensible para cualquier
tipo de público y no solo al especializado. Así, el museo busca que todo el público pueda
entender y acercarse más al mundo científico. Para lograrlo se propuso un nuevo diseño
en la presentación de las colecciones incluyendo paneles explicativos que permitirán al
visitante conocer aun más sobre la ciencia geológica. Se trata de 26 paneles con fotografías
y diagramas acompañados con textos explicativos sobre las diferentes disciplinas. Además
de estos nuevos elementos y los clásicos del museo se complementan con otros recursos
extras como audiovisuales y la biblioteca y con actividades como conferencias, servicio
educativo a través del asesoramiento a docentes y alumnos y visitas guiadas para el público
en general.


Ubicado en la calle Bolivia, el Museo de Geología, Mineralogía y Paleontología dispone de
más de 1.000 muestras de minerales y rocas originarias tanto de Argentina como de otras
partes del mundo, entre ellas Italia, Bélgica, Alemania, Francia, etc. La que está en este
museo es la colección considerada como una de las más grandes del Noroeste Argentino.
Sin embargo, la mayor cantidad de muestras minerales que se exhiben provienen de la
región Puneña, por ejemplo, de mina Aguilar, del distrito aurífero de Rinconada, Borax del
Salar de Olaroz, y en menor proporción de las regiones de Cordillera Oriental y de Sierra
Subandinas.

Para facilitar el recorrido y las visitas al museo, hay diferentes servicios educativos que
seguramente harán que te acerques al conocimiento científico de manera mucho más fácil
de lo que te imaginabas. Entre ellos se encuentran las visitas guiadas, visitas itinerantes,
clases y talleres didácticos, asesoramiento bibliográfico tanto general como técnico,
colecciones didácticas, reconocimiento general de muestras geológicas y de fósiles,
consulta de colecciones de referencia, formación de museos escolares u otros servicios
educativos. También se incluyen visitas programadas para estudiantes de nivel preescolar,
primario, secundario, terciario, universitario y público en general; seminarios y talleres para
docentes y gestores de la cultura; canje de información científica con entidades similares
nacionales y extranjeras.

Fundado en la ciudad de San Salvador de Jujuy el 29 de mayo del año 1946 por el entonces
director del Instituto de Geología y Minería, Abel Peirano, este museo tiene otras grandes
reliquias dentro de su colección como una serie de reproducciones de vertebrados e
invertebrados fósiles, reducidos a un décimo de su tamaño natural. Estos ejemplares fueron
donados por el biólogo Ángel Gallardo, y eran originarios, en su mayoría, de Europa y
Norteamérica. Este es el único museo del país que atesora esta gran serie de los grandes
dinosaurios que dominaron gran parte de la Era Secundaria.

Toda la colección se organiza en dos clases de documentos: “documentos primarios” que
son aquellos que soportan información original, de autoría, por ejemplo las muestras de
rocas, los minerales, y fósiles y los “documentos secundarios” que son documentos que
se desarrollan a partir de los primarios y contienen su descripción. Estos últimos son
los paneles temáticos o las vitrinas que permiten al visitante una mejor y más acabada
comprensión.

Ir a Jujuy no solo implicará recorrer los bellos paisajes, comprar las hermosas artesanías,
conocer los puestos de los artistas pertenecientes a los pueblos originarios, presenciar
festividades como las que transcurren en Semana Santa o en honor a la Pachamama,
también podrás conocer más sobre las ciencias geológicas y acceder a ese mundo tan
sorprendente. En el museo disfrutarás de cada pieza, de cada explicación, de cada material
informativo y de cada palabra que se diga en la visita guiada. No te quedarás con dudas, al
contrario, te acercarás mucho al mundo científico y te quedarás realmente maravillado.

Museo de Arte Sacro San Francisco

El Museo de Arte Sacro San Francisco se encuentra junto a la Iglesia de San Francisco.
Ésta se ubica a 200 metros de la Plaza General Belgrano y actualmente, y desde el 14 de
julio del 2009, lleva el título de Basílica según el reconocimiento del papa Benedicto XVI.
Se trata de la primera arquitectura levantada por los franciscanos entre los años 1611 y
1618. Inicialmente el material elegido para la construcción fue el adobe pero la precariedad
del material hizo que debiera sufrir varias modificaciones. En 1927, último año de
refacción, se convirtió en un moderno templo con corte italiano que armoniza elementos
barrocos y neomanieristas.
En la fachada de dos pisos se destaca una torre de cuatro cuerpos que data del año 1900
y tiene orientación italiana. Ésta es más antigua que el mismo templo y tiene una imagen
de San Francisco y un reloj. El interior está conformado por tres naves con crucero y una
imponente cúpula octogonal que da sostén a una pomposa araña colgante. El púlpito de la
Basílica es uno de los grandes atractivos, pues fue tallado en madera a mediados del siglo
XVIII a partir de diseños típicos de Cuzco y tiene una imagen de San Francisco realizada
también en madera.
Pero no solo la ornamentación del templo llamará tu atención sino también el Museo de
Arte Sacro que hay en uno de sus laterales. Allí se pueden observar diferentes objetos de
plata, muebles, tallas, instrumentos de música, documentos, que alguna vez pertenecieron a
los franciscanos, quienes se instalaron en la región a principios del siglo XVII.




El Museo
El Museo de Arte Sacro San Francisco es uno de los grandes atractivos turísticos de
Jujuy recorrido por todos los turistas que se acercan a San Salvador, pues es una obra de
importantísima riqueza arquitectónica, histórica y cultural.
En el museo se apuesta a rescatar y revalorizar las obras de arte que fueron conservadas
en el interior de la iglesia. Una vez que entres a él podrás comprender por qué Jujuy es
conocida como una de las provincias que posee más obras pertenecientes al arte colonial
andino.
Lo que hay allí adentro es mucho pero también es mucho lo que aun resta exponer. Incluso
se está trabajando y uniendo esfuerzos para poder restaurar e incluir cada vez más obras
y objetos de los que están todavía en el interior del convento. Para que se tome noción de
todo lo que hay expuesto y por exponer, cabe aclarar que uno de los último proyectos en los
que se trabajó fue el que proponía la incorporación de una sala dedicada exclusivamente a
los textiles y otra a los objetos.
Actualmente en el riquísimo e interesante Museo de Arte Sacro se muestran objetos de oro
y plata, muebles, tallados, pinturas, instrumentos musicales, libros manuscritos que dan
cuenta de 400 años de historia tanto religiosa como artística, entre otros.
Cada pieza fue aportada por generaciones y generaciones de franciscanos que no solo
se encargaron de custodiar el legado histórico de sus antepasados sino que también
incorporaron nuevos, los propios, incrementando así un patrimonio cultural riquísimo y
muy importante.
Todo esto está al alcance de los vecinos de la comunidad, de visitantes de la zona o turistas
nacionales que llegan a acercarse a las manifestaciones culturales y tradiciones que se hace
presente no solo en Jujuy sino en todo el norte argentino. En este museo todos ellos pueden
conocer el origen de un arte que acogió influencias renacentistas, manieristas y flamencas.

Todas ellas fueron herencia del viejo mundo pero también fueron incorporando los propios
elementos gracias a la interpretación y ejecución de los artistas nativos.
Algo que llama mucho la atención de quienes visitan el museo, y con razón ya que es muy
destacable, es una representación del Vía Crusis. La obra estuvo a cargo del artista Diego
de Aliaga, quien la inició en el año 1772 y la terminó en el año 1776. Se utilizó el estilo
de la pintura cuzqueña tan manifestado en la provincia de Jujuy ya que tiene el mayor
patrimonio artístico de Argentina. El género se caracteriza por figuras representativas
como Ángeles Arcabuceros, combatientes celestiales contra las fuerzas del mal, vestidos
al modo militar, con ropa brocareada, en oro, portando en sus manos banderas, tambores y
arcabuces. De esto existen solo dos colecciones en Argentina y ambas están en Jujuy. Por
su parte, el Vía Crusis que se encuentra en el Museo de Arte Sacro y que responde a este
estilo, es una obra de altísimo nivel e inexplicable con palabras. Su exquisitez es apreciada
por cada uno de los artistas que allí se acercan.
Además de esta destacadísima obra, en el museo jujeño también se pueden apreciar otras
pinturas cuzqueñas, piezas talladas en madera (como un confesionario hecho por indígenas
que expresan la mixtura entre la interpretación de los integrantes de las comunidades
originarias con lo que vino desde afuera), una imagen de San Ignacio de Loyola hecha en
madera, etc.
Otra de las obras muy destacadas y que merece párrafo aparte es la recreación del templo
original hecha a escala. A fines artísticos, se emplearon columnas de madera tallada,
torsadas con motivos de hojas y flores que datan del siglo XVI, un crucifijo de madera,
etc. Además, entre el patrimonio del museo se encuentran casullas del siglo XVII bordadas
con hilos de oro y plata, algunas con el escudo de los Borbones; coronas de plata; maderas
talladas y doradas a la hoja; pinturas de caballete y óleos del siglo XVIII, entre otros.
Si estás en Jujuy o planificando tu viaje a aquella zona del norte argentino, no olvides
incluir el Museo de Arte Sacro San Francisco que seguramente te maravillará,
especialmente si eres amante del arte y la historia.

Semana Santa en Jujuy


Jujuy es una de las provincias argentinas ubicada en el Norte Grande Argentino que limita con Chile, Bolivia y con la provincia de Salta. 

Los atractivos turisticos en Jujuy son innumerables. Uno de los más importantes es la Quebrada de Humahuaca, destacada por sus imponentes paisajes y su riqueza cultural y tradición. Pero también es muy lindo recorrer las zonas de Yunga y la Puna, pasando de un entorno de frondosa selva a los territorios más desolados y agrestes. Son muchos los centros turísticos más destacados de Jujuy, entre ellos: Lozano, Volcán, Purmamarca, Maimará, Tilcara, Huacalera, Uquía, Humahuaca, Abra Pampa, Casabindo, Cochinota, Yavi, La Quiaca, Santa Catalina, Susques, San Salvador de Jujuy, Yala, Termas de Reyes, Tilquiza, Palpalá, Dique Los Alisos, El Carmen, Perico, Libertador General San Martín, Pairique Chico, San Francisco, Valle Grande, Caimancito, Calilegua y Santa Ana. 

Si bien Jujuy es un centro turístico recorrido por turistas durante todo el año, los meses de más frío son los que más cantidad de visitantes llevan, pues la frescura te permite recorrer todo lo que la provincia tiene para ofrecer. La cultura, la tradición, el folclore argentino, las artesanías son los elementos esenciales de cada rincón de Jujuy que la hacen tan particular y diferente. Allí se respira historia, costumbres y sabiduría de los pueblos originarios y sus herederos que hasta el día de hoy mantienen a la perfección sus hábitos y usanzas.

Una de las mayores creencias de los jujeños es la fe cristiana y es por eso que cada Semana Santa en Jujuy es una fiesta. Como evento religioso que une al mundo cristiano, la Semana Santa es especial. Es en estos días cuando se evidencia la fe del pueblo y se expresan las creencias, las viejas costumbres y las tradiciones. 
Para el turista es ideal esta época del año para visitar el norte y, especialmente, Jujuy ya que en varios lugares se festeja a lo grande y se vive el color y la alegría. Tilcara, Tumbaya, Yavi, Huacalera, son los escenarios más elegidos para hacer enormes festejos. 

Este acontecimiento en Tilcara ha sido declarado de interés nacional por el Senado de la Nación. La fiesta incluye una peregrinación multitudinaria en la que se llega y se regresa hasta/desde el Santuario de la Virgen de Copacabana y Punta Corral. Los elementos que se destacan durante este período de fiesta son las esplendorosas ermitas, las obras de artesanías tipo murales elaboradas con flores, las hojas, los frutos y demás materiales naturales que representan las diferentes estaciones del Vía Crucis. Estas obras se coronan el día Viernes Santo a la noche iluminándolas de manera sorprendente luego de la procesión del “Cristo Yacente”.

Por su parte, en Tumbaya, los días miércoles, jueves y viernes anteriores al Domingo de Ramos, caravanas de promesantes se trasladan hasta Punta Corral y desde allí traen en andas a la Virgen de Copacabana el Domingo de Ramos durante 24 difíciles kilómetros. Los peregrinos que bajan desde las laderas de las montañas con sus linternas que ayudan a ver el camino se ven a lo lejos como un espectáculo maravilloso de luces serpenteantes. Cerca de 20.000 peregrinos bajan a la virgen desde su santuario que está ubicado a más de 4.000 metros de altura. Todo el acontecimiento es acompañado por un grupo de 1.500 sikuris que con su música (que gracias a su fuerza se escucha a varios kilómetros) le otorgan un entorno emotivo y conmovedor a la situación. El evento termina en el atardecer del Domingo de Ramos cuando por fin la imagen llega a la iglesia de Tumbaya.

En Yavi la Semana Santa es una fiesta muy popular y multitudinaria que reúne a gran parte de la población. La iglesia del lugar, muy reconocida por ser histórica y por tener su altar de oro, se transforma en el centro de las celebraciones. Siendo parte de esta celebración podrás acercarte a las tradiciones del lugar. En la iglesia se presenta el Monte Calvario con un Cristo de brazos articulados que, luego de la celebración de la Pasión, es desclavado y colocado en un sepulcro. Allí se inician  las procesiones de las “doctrinas” encabezadas por el “maestro”, que vienen orando y entonando cánticos durante toda la noche mientras se escuchan  llantos (de las lloronas) y letanías, portando faroles o velas.

En Huacalera se reviven las tradiciones españolas durante el Viernes Santo en una procesión que tiene como protagonistas a llamativas antorchas y ermitas de flores que representan las imágenes bíblicas. 
Otro de los clásicos es la Feria de Pascuas en la que todos los pueblos de la Puna llevan a canjear sus productos a las localidades de Yavi y Abra Pampa. Durante el sábado de gloria y el domingo de resurrección se intercambian sombreros, tejidos, ollas, sal, charqui y demás productos. 

Las peregrinaciones, las caminatas por angostos senderos, los hermosos paisajes de fondo, la diversidad cultural de los jujeños, las creencias heredadas de los pueblos originarios, todo se pone en juego durante la Semana Santa, invitando a que todos se sumen a estas festividades en Jujuy. 

Quienes no quieran participar de estos festejos tan relacionados a las creencias cristianas, también podrán aprovechar para conocer los increíbles lugares que tiene la provincia de Jujuy. Serán varios días en los que, según dónde te encuentres, podrás conocer atractivos hermosos como el famoso Cerro de los Siete Colores, las Salinas Grandes, el Museo de Bellas Artes Fundación Hugo Irureta, el Algarrobo Histórico, la reconocida Feria Artesanal Purmamarca que ningún turista deja de visitar, los Cerros los Siete Hermanos, el Puente Internacional Horacio Guzmán, el Monumento a los Héroes de la Independencia, la Quebrada de Humahuaca, la Catedral San Salvador, el Centro de Artesanías Tantanahue, el Museo Arqueológico Municipal, etc. 

25 nov 2012

Ceremonia de la Pachamama en Jujuy


La Pachamama constituye el centro del sistema de creencias y culturas de los pueblos andinos de América del Sur. La Pachamama es la “Madre Tierra” pero no solo representa al suelo (geológicamente hablando) sino también a la naturaleza y todo lo que ella encierra. Por lo tanto, no tiene una presencia física ni está localizada en un sitio puntual, pues es una especie de divinidad a la que se pide sustento o perdón por alguna forma de atentado en contra de la tierra o de lo que ella provee. Es una especie de deidad en lo que a la tierra y naturaleza se refiere que es protectora y proveedora, cobija a los hombres, posibilita la vida, favorece la fecundidad y facilita la fertilidad. La relación con los pueblos es de reciprocidad, pues ellos también deben ofrecer parte de lo que reciben todos los días pero también en acontecimientos especiales.
En la provincia de Jujuy, como en todo el norte argentino, el culto a la “madre tierra” es una de las costumbres y tradiciones más arraigadas.
Los orígenes de este culto se remontan a las comunidades quechuas, aymaras, y otras etnias andinas que desde tiempos muy lejanos realizan ofrendas en honor a la Pachamama. Hojas de coca, conchas marinas, sangre de camélidos, bebidas eran ofrecidas para fertilizar la tierra y para que jamás faltara la cosecha. Así, los creyentes entregaban para que la madre tierra respondiera con fertilidad y vida.
Actualmente esta tradición se conserva y también lo hacen todas las creencias relacionadas y sus rituales. Son practicados especialmente por comunidades quechuas y aymaras en las áreas andinas de Ecuador, Perú, Bolivia parte de Chile y el norte de Argentina.
Si bien la relación con la Madre Tierra es permanente, hay un día especial en que se realiza la Ceremonia de la Pachamama haciendo ofrendas y homenajes.
Jujuy no queda afuera de estos festejos pues allí también se hace esta fiesta popular que reúne a multitudes y que está sumamente institucionalizada e internalizada en los pobladores, especialmente en los herederos de los pueblos originarios.
La Pachamama es seguramente la creencia mitológica más arraigada en los pueblos del norte argentino pero muy profunda y especialmente en Jujuy.
Las ceremonias en honor a esta celebridad telúrica, también llamadas “challas”, se realizan al inicio de la siembra y cosecha y en las marcadas y señaladas de la hacienda. Sin embargo el homenaje por excelencia se hace durante todo el mes de agosto, especialmente el primer día del mes.
A lo largo de toda la provincia de Jujuy se rinde culto a la Pachamama realizando ceremonias milenarias en la que se le ofrece a la “Madre Tierra” todo tipo de comidas, bebidas y hojas de coca. En Purmamarca, Tumbaya, Valle Grande y en todas las localidades de la Puna jujeña se realizan los festejos más importantes.
El ritual principal de la Celebración de la Pachamama en Jujuy y en otros lugares comienza  muy temprano el 1° de agosto. Lo primero que hacen los habitantes es limpiar sus casas. Algunos juntan la basura de las esquinas, la colocan en una pala con brasas y le agregan dos plantas de la zona: chacha y pupusa. Con esto sahuman la casa,  los integrantes de la familia y todo lo que hay adentro. Luego de haber “limpiado” con el “sahumerio de la vivienda” empiezan a llegar los invitados del dueño, cerca del mediodía. Después de los saludos comparten un gran almuerzo para pasar inmediatamente al momento de la ceremonia, el ritual que los ha reunido allí. Para hacerlo, todos se trasladan al patio de la casa en donde se cava un hoyo y se da de comer y beber a la “Madre Tierra”. Allí se depositan hojas de coca, chicha (bebida tradicional), alcohol, cigarrillos, etc. Una vez que ya se depositaron todas las ofrendas se tapa el hoyo enterrando todo, incluso botellas. Por último, los presentes se agarran de las manos y danzan alrededor del hoyo que forma una apacheta (montículo de piedras a manera de altar erigido en honor a la Pachamama, preferentemente de color blanco para identificarlo el próximo año) al ritmo de la música de la caja, la flauta y la copla.
La “Madre Tierra”, como representación del dios del bien, demuestra a sus fieles su generosidad dándoles los frutos, minerales y riquezas que guarda en su seno. Así, ellos le agradecen, la alimentan y le piden que nuca los prive de su generosidad.
Esta es una de las festividades tradicionales de Jujuy y estar allí en ese momento es un privilegio para cualquier visitante. La alegría que demuestran los habitantes por celebrar a la Pachamama se transmite en cada momento y en cada lugar. Es un clima de algarabía que seguramente te contagiará y hará que entres en contacto directo con la cultura norteña.